EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA EN GRECIA

 



         Cuando hablamos de filosofía, en el sentido occidental de la palabra, nos referimos a un cierto modo de “hacer y decir”; se hace filosofía al modo que los griegos la practicaban: preguntando cosas que concernían al mundo en el cual el hombre se situaba. Decimos pues, que la filosofía es una actividad propedéutica, y por tanto útil a la hora de discernir juicios sobre lo que nos rodea. En esto radica el genio griego a la hora de situarse ante el mundo: su gran capacidad de asombro le conduce a formular preguntas trascendentes sobre el principio o los principios por los que se rige la naturaleza. Pero el genio griego, no se limita a la pura observación y enumeración de acontecimientos. Va más allá de lo meramente constatable por los sentidos para fijar su atención en los conceptos, proposiciones  y leyes que se derivan de esa observación, por un lado, y, de un proceso de abstracción por otro que le permita adentrarse en el mundo teórico. 
   El “milagro griego” es un tema que se aprecia no tan sólo en el campo de la  filosofía. El modo de como se formó la Hélade nos deja asombrados en cuanto a la peculiar forma de creación de los estados griegos: un sinfín de Islas junto a unas costas escarpadas que presentaban una orografía difícil para ser poblada. Además, las primeras formaciones de gobierno estaban basadas en la oligarquia: una aristocracia (aristoi) que sometían al resto de los habitantes de esas tierras. Con esas premisas, nada hacia pensar,  que allí pudiera surgir la filosofía. 
   Cierto es que en ese momento, las cosas relacionadas con el saber, tenían un desarrollo lento. Iban apareciendo de manera espontánea, sin un sistema definido, a través de la simple observación  de los hechos. Uno de ellos, el cambio, se erigió  como favorito en las elucubraciones de los llamados físicos que iban de un lado al otro, especulando sobre la manera de encontrar explicaciones a esos cambios. Las cosas podían haber sido distintas, pues, el panorama no era el más indicado. Como hemos dicho, Grecia estaba muy lejos del periodo de Pericles. El llamado periodo arcaico va dando paso lentamente a la futura civilización griega. Ésta va apareciendo, gracias a la dificultad de asentamiento que provocó que se formarán colonias autónomas con propio status. Las migraciones serían pues, un agente dinamizador cultural importante, además del comercio entre colonias que introducía el arte y costumbres que iban siendo asimiladas.  En estos intercambios culturales, la función de los aedos o rapsodas era importantísima pues todavía no había escritura, tal como la conocemos. La transmisión oral se daba por la capacidad  de algunos hombre que eran capaces de memorizar de diez a quince mil versos. 
   Luego, ya constituidas las ciudades- Estados, con Atenas a la cabeza, se van sucediendo periodos de guerra y paz que modelan, junto a las influencias de otras culturas, el carácter griego.  Será a partir de ese momento cuando ocurre la eclosión dando nacimiento a la Filosofía. Veamos a continuación algunos puntos importantes. 
   Pericles sería el encargado de dar a Atenas el aire cosmopolita que se merecía. Par ello encargó a Fidias la labor de reconstrucción de la Acrópolis que en varias ocasiones había sido destruida por los persas. El tesoro de Delos, por fin fue conducido a Atenas, lo que supuso una inversión grande en obra civil y arquitectónica. El arte y la literatura tuvieron su máximo esplendor, siendo Atenas un centro educacional y cultural de la Antigua Grecia. El propio Pericles tenía fuertes lazos con la cultura y con la filosofía. Fue discípulo de Zenón de Elea y de Anaxágoras. Tuvo amistad con Protágoras y el historiador Heródoto.  Atenas era el centro de Gracia y sostuvo un tiempo de paz que permitió un momento de eclosión en la cultura. 





  Si nos fijamos en el posterior desarrollo, hasta nuestra actualidad, de la filosofía, la impresión que tenemos es que a pesar de ser distinta en muchos aspectos formales, la filosofía tiene toda ella un vínculo común que nos retrotrae al momento de su génesis.
   Los llamados presocráticos fueron los que dieron paso a la filosofía.  Unos individuos que indagaron sobre el principio de todas las cosas. Lo llamaron Arché y comenzó a ser tratado como si de un elemento físico se tratara. El apeirón era lo indefinido, un paso más en esa incansable búsqueda por definir la materia. Esa indeterminación acabará siendo el caballo de batalla de toda filosofía.  El  punto de ignición a la pregunta que vincula a toda la filosofía: la pregunta de la pregunta, y su lugar que ocupa en el discurso, en el logos. Averiguar de dónde proceden las cosas en su esencia, se convirtió en un obsesión para aquellos primeros amantes del saber. 
  Tenemos pues, ya asentados ciertos principio metodológicos en el actuar filosófico. Estos principios pasarán por el estudio que harán los “físicos jonios”, presocráticos,  interesados en la cosmología.   A partir de Platón y de Aristóteles las miradas se vuelven hacia el hombre, inaugurando una filosofía moral. Aristóteles presenta una filosofía en dos versiones, una basada en el análisis de la realidad física y por otro lado una metafísica que interroga sobre el ser más allá de lo físico (el ser en cuanto ser, las causas primeras y principios). La filosofía comienza   a sistematizarse. Por fin podemos hablar de Filosofía.



 


  Concluimos está entrada del blog sobre “el nacimiento de la filosofía  en Grecia” con un tema que consideramos importante, y que surge tras la pregunta de qué hacemos con la historia de la filosofía.  Problemática cuestión,  si nos atenemos a los manuales de historia. Sobre todo a los manuales que llegan a nuestros alumnos de primero y segundo de bachillerato. 
   Hablar de filosofía, a través de un manual de historia de la filosofía es una tarea difícil, y más en un sistema cerrado como es el educativo. Es verdad que lo que se enseña en un instituto es introductorio. No porque haya poco programa, sino por el escaso tiempo del que se dispone durante el curso. Y si hay algo contraproducente para el estudio de la filosofía, es sin duda, las prisas. Esta claro que lo ideal sería como hacían los peripatéticos: hablar de filosofía según vamos dando un paseo. Pero las cosas, para la filosofía , han evolucionado de esta forma, y, como diría un buen amigo, es lo que hay.   
   Y si a las prisas curriculares se le añade todo aquello que obviamos como una posible relectura  o reinterpretación, qué obtenemos, y, qué obtienen nuestros alumnos de esa historia de la filosofía. ¿Habría cabida a una escritura nueva que no prescinda de los espacios vacíos, que como en la Grecia Antigua  vemos?. La cuestión no es nueva, el lugar que ocupa es complejo pues se debe a muchas interpretaciones, a muchas reescrituras. Desde la hermenéutica se ven ambas caras de la misma moneda: la interpretación y reescritura a partir de las fuentes. Esto que decimos es adyacente al propio  nacimiento de la Filosofía. Constatado  geográficamente a través de unos datos historiográficos; además de unas fuentes arqueológicas que aseveran que lo que ocurrió en Grecia no fue un milagro. 
   En Grecia nació la filosofía, nuestra filosofía Occidental. Volver a Grecia es volver a pensar en la racionalidad tal como la concibieron, también en reflexionar  en qué se ha convertido a partir de la Segunda  Guerra Mundial, a partir del  la interrupción de la metafísica, por una sintaxis racional que ha instrumentalizado todo debate sobre la propia racionalidad. Ir al nacimiento de la Filosofía  en Grecia  es retomar el discurso de una racionalidad con sentido. La hermenéutica, como decimos sería un método de reconstrucción del nacimiento de la filosofía. Reconstrucción a partir del lenguaje que empaña el análisis conceptual. El mensaje oculto que subyace al discurso debe aflorar para ser restituido en el largo camino de la razón. Así lo remarca Schleiermacher al identificar la interpretación con la comprensión. Si lo que leemos, no llega a esos puntos, es que hay disonancia impuesta por la propia distancia entre nosotros y los textos. Además de esa disonancia, pueden darse discursos con ciertas reglas que operan en nuestra conciencia,  límites de pensamiento en espacio y tiempo determinado. Foucault nos remite a su método Arqueológico, deconstructivo. A través de él podemos, ver las interrupciones de las ideas. En el caso del nacimiento de la filosofía, es evidente pues la propia  arqueología, la que recupera las fuentes escritas, deja constancia de esas interrupciones. ¿ Qué nos queda esperar? O ¿ Qué podemos hacer? Dos preguntas que nos podemos plantear a la hora de pensar en ese instante del nacimiento de nuestra filosofía. Si nos atenemos al recorrido histórico, a la sucesión de acontecimientos que nos narra la Historia Universal la filosofía en Grecia  nació  como una consecuencia del caos que imperaba en la Hélade , por lo tanto sería una necesidad. La filosofía nace pues por una necesidad racional. A la primera pregunta podríamos responder que habría que esperar a retomar la racionalidad tal como la entendieron los primeros que filosofaron: una racionalidad que es principio básico para construir los estados. A la segunda pregunta contestaríamos, que hay que seguir indagando en la arqueología del saber para encontrar los extravíos  de la razón, y si la hubiera, al menos intentar saber donde estuvo el error.  
   Como  vemos, la arqueología es muy útil para situar hechos históricos mediante las técnicas de clasificación y datación. Gracias a esta arqueología podemos constatar el paso  del mito al logos. A partir de la Segunda Guerra Mundial el Logos o racionalidad, se pierde en el bosque que aviene  nuevamente la barbarie. La caída del muro de Berlín quiere reinstaurar el orden y la esperanza, pero a  cambio, el mundo recibe el premio de la Globalización: la barbarie ecológica, y unos Estados alienados, con unos plasmas cada vez más grandes que proyectan el espectáculo en pequeños puntitos, llamados, pixeles.  En Grecia, las Islas cicladas eran pixeles, pero grandes configuraciones de tierra, mar y aire. Cuando se produjo un considerable aumento de la población, debido en parte por las migraciones, la herencia que tenían que dar los padres a sus hijos se redujeron mucho, comenzaron muchos de aquellos griegos a  colonizar otras islas, otras tierras. Los colonos desde el primer día eran independientes, respetando las creencia y costumbres. Tuvieron luchas internas, y periodos de felicidad y prosperidad. Entendieron rápidamente que no era bueno el gobierno tirano y dieron participación al pueblo. Democracia y Filosofía aparecen casi a la par en Grecia. Cierto es que nuestro mundo es más complejo. Somos más habitantes con una relación cada vez más estrecha, hemos formado una koiné donde tratamos los mismos problemas de la antigüedad griega. Eso es porque no estamos tan separados, como mucho nos damos las espaldas. Quizás junto a la reescritura propuesta en esta entrada,  vendría bien girarnos y vernos frente a frente. Seguro nos sorprende lo parecido que somos.

  



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