O PELOURO. YO ESTUVE ALLÍ

 


    Yo estuve en O Pelouro. En sueños. Estuve allí.

Siempre he estado en estos sitios. Lo sé con certeza cada vez que surgen imágenes ante mi conciencia de niño. Estos espacios me llevan a la casita del árbol que no podía trepar. " venga Lucas tú puedes", me decía un amigo en cada intentona. 

El día que lo conseguí me hice mayor y sufrí mi primera revelación. 

   Estábamos los dos arriba por fín. Mi amigo comenzó a sacarse de los bolsillos un montón de piedrecillas. "toma Lucas, que esos gueones ya se acercan, cuando yo te avise, lánzale las piedras con toda la fuerza que tengas...¡ Venga, que ya están aquí! ...¡ Nos quieren quitar el fuerte! 

   Así fue que lo que había sido una obsesión hasta verme allí, en esa copa de árbol, terminó siendo una gran mentira. En ese momento lo único que importaba era defender la casita del árbol. Según mi amigo era nuestra. Llevaba mucho tiempo abandonada. Escondida en un rincón del bosque que había detrás de una carretera, muy cerca de mi barrio. La casita tenía unas visas impresionantes. Desde allí se divisaba el cuartel de infanteria. Un lugar que resultó ser, tras el golpe de estado, un lugar de terror. 

La verdad es que yo llevaba tiempo oyendo cosas de la casa del árbol. Mi amigo me había comentado que desde algún ángulo, y afinando la vista, se llegaba a ver el patio central. Así lo hicimos, primero él y luego yo. " Pucha, son más gueones de los que decían.... Se lo tiene bien merecido... Por raritos, por ir de diferentes...".

Cuando me tocó el turno, me puse de rodillas y apoyé la cabeza en una rama y casi cerrando los ojos di con el patio del cuartel. Había mucha gente, la mayoría joven, todos en fila. Algunos como yo de rodillas y las manos hacia la nuca de sus cabezas. Perdí el equilibrio y caí hacia atras. Mi amigo se rió. 

   Ese día deje de ir al bosque.

 Empecé a distanciarme de mi amigo. Su idea de diferencia me parecía que no encajaba con lo que yo entendía por esa palabra. Una palabra que según parecía tenía connotaciones diversas y que se interpretaba según interesara al momento de su uso.

Según crecemos nuestra idea de diferencia puede segregar las palabras y los hechos. Puede marcar distancias entre barrios y paises. Entre personas altas y bajas, gordas o flacas, rubias o morenas, entre las personas con una variación genética a las que clasificar dentro de lo taxonómicamente diferente. Clasificación errónea e injusta por desconocimiento del potencial de los grupos minoritarios por los que se consideran grandes.

   Yo en O Pelouro he estado, pues nada más bajar de la casita del árbol, supe que el hombre es bueno y que no dejaría, nunca...nunca, nunca, que ganasen los malos.






















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